Los Pueblos Originarios en el Martín Fierro

Los Pueblos Originarios en el Martín Fierro

Lamentablemente, el “Martín Fierro” nos da una imagen totalmente inexacta sobre los pueblos originarios. En ningún momento la obra habla desde el punto de vista de ellos. Fierro tiene actitudes sumamente racistas y totalmente condenables. Pero debemos tener presente que Fierro no es un modelo que debemos seguir en lo referente a su racismo.

Hernández quiso mostrarnos cómo los sufrimientos que padeció un hombre simple trajeron consecuencias nefastas en su vida. Es recién en su vejez que Fierro parece redimirse y admitir sus malas acciones, aunque no sabemos si totalmente. Queremos pensar que va por ese camino y finalmente reconoció todos los males que trae consigo el racismo y la discriminación en todas sus formas. 

Todos sabemos que los pueblos originarios fueron los primeros que habitaron este continente y que fueron los conquistadores europeos los que cometieron crímenes terribles contra ellos. La tierra que podían habitar los pueblos originarios fue reduciéndose cada vez más y la “civilización” hizo que perdieran todo lo que tenían.

Martín Fierro habla sólo desde su perspectiva y nunca se pone en el lugar del sufrimiento que padecían los verdaderos dueños originales de estas tierras. En este sentido, la obra nos da un contexto histórico totalmente erróneo y de ningún modo debemos aceptarlo.

Toda la experiencia de Fierro con los pueblos originarios no es sino la visión de un hombre que ha sufrido mucho y descarga todo su resentimiento hacia quienes no lo merecen.   

En 1878 (momento en que se sitúa la segunda parte de la obra) el gobierno argentino inició una terrible campaña llamada la “Conquista del Desierto”, en la cual se apoderó de las pocas tierras que aún tenían los pueblos originarios en el sur de Argentina y se practicó un verdadero genocidio. El ejército dio muerte a miles de inocentes y esclavizó a otros miles. Desafortunadamente, Fierro parece avalar estas acciones y esto es algo que de ningún modo podemos justificar.

Entonces, teniendo presente todo esto, surge la pregunta: ¿Qué hacemos con el “Martín Fierro”? ¿Debemos seguir considerándolo como la obra más representativa de la Argentina? 

Yo creo que la obra es fruto del tiempo en que fue creada y debemos darle una relectura moderna. Si leemos atentamente el poema, podemos ver que Fierro mismo se presenta como un hombre simple y lleno de ignorancia. Todo lo que nos cuenta es exclusivamente desde su perspectiva limitada y él mismo reconoce que después de todo lo que ha sufrido decidió volverse “más malo que una fiera”. De ningún modo debemos tomar lo que nos dice como un testimonio histórico objetivo, sino como las palabras de un hombre muy sufrido, con muchas virtudes pero también lleno de defectos y limitaciones, que felizmente al final de sus días se da cuenta de los crímenes que cometió.    

Martín Fierro tiene muchísimo que enseñarnos, pero no es perfecto. Es un hombre perteneciente a una minoría discriminada, que padeció sufrimientos indescriptibles, quien lamentablemente discrimina a otras minorías discriminadas sin ponerse nunca en el lugar de ellas. Y es ésa la lectura moderna que podemos darle a la obra.