El Objetivo de la Obra, Según el Autor

El Objetivo de la Obra, Según el Autor

El mismo José Hernández le escribió una carta (en diciembre de 1872) al editor de la primera edición, José Zoilo Miguens, explicándole cuáles fueron sus intenciones al escribir esta obra. Una parte de ella dice: 

Me he esforzado, sin presumir haberlo conseguido, en presentar un tipo que personificara el carácter de nuestros gauchos, concentrando el modo de ser, de sentir, de pensar y de expresarse que les es peculiar, dotándolo con todos los juegos de su imaginación llena de imágenes y de colorido, con todos los arranques de su altivez, inmoderados hasta el crimen, y con todos los impulsos y los arrebatos, hijos de una naturaleza que la educación no ha pulido y suavizado.

Al leer estas líneas, podemos notar que Hernández en ningún momento pretendió relatar la historia de un hombre perfecto, ni de un héroe que debemos imitar.

Él simplemente trató de escribir un poema que retratara la vida de un gaucho típico de la época, según lo concebía él, con sus defectos y virtudes. Defectos que, en el caso de Martín Fierro, lo llevan a ser un criminal. 

Pero, a pesar de toda su ignorancia, también tiene muchísima sabiduría, y es eso lo que debemos aprender de él.