Canto 2 (Primera Parte)

CANTO 2

En este capítulo Martín Fierro nos cuenta las delicias de la vida del gaucho cuando hace lo que más le gusta, cuando es libre como un pájaro y nadie lo molesta. Cuando trabaja y es respetado por ello. ¡Disfrutemos, pues, de la selección de versos que leeremos a continuación!

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¡Qué Linda Forma de Comenzar el Día, Carajo!

(VERSOS 145 A 150)

ORIGINAL

“Y sentao junto al jogon

A esperar que venga el dia,

Al cimarrón le prendía

Hasta ponerse rechoncho—

Mientras su china dormía

Tapadita con su poncho”.

ADAPTACIÓN

“Y sentado junto al fogón

a esperar que viniera el día

le daba al mate amargo

hasta ponerse bien calentito,

mientras su mujercita dormía

tapadita con su poncho”.

¡Qué delicia! Aquí Martín nos cuenta cómo comenzaba su día en la mejor época de su vida: el mate, el fogón y su mujercita durmiendo. Seguramente Fierro pensaba en las actividades emocionantes que lo esperaban en el transcurso de la jornada.  ¿Qué más se puede pedir?

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¡Solo para Domadores!

(VERSOS 163 A 168)

ORIGINAL

“El que era pion domador

Enderezaba al corral, 

Ande estaba el animal

Bufidos que se las pela— 

Y, mas malo que su agüela

Se hacia astillas el bagual”.

ADAPTACIÓN

“El que era peón domador

se iba para el corral, 

donde estaba el animal

resoplando con toda su furia. 

Y, más mala que un demonio,

la bestia se movía violentamente”.

El gaucho era un experto en la doma de los caballos violentos. Era un trabajo que disfrutaba y hacía a la perfección. Cuando estaba sufriendo en la frontera, Fierro recordaría estos días gloriosos. 

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El Gaucho y Su Caballo

(VERSOS 175 A 180)

ORIGINAL

“Y en las playas corcobiando

Pedazos se hacia el sotreta

Mientras él por las paletas

Le jugaba las lloronas—

Y al ruido de las caronas 

Salia haciéndose gambetas”.

ADAPTACIÓN

“Y el pobre caballo se hacía pedazos

saltando en los campos,

mientras el gaucho

le clavaba las espuelas

y al ruido de los cueros  

la bestia se movía queriendo librarse”.

¡Pobre caballo! ¡No sabía lo que lo esperaba al ser montado por un gaucho experto! ¡Ah! ¡Qué tiempos aquellos para la gauchada!

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