JOSÉ HERNÁNDEZ
José Hernández nació el 10 de noviembre de 1834 (tan sólo 18 años después de que Argentina declarara oficialmente su independencia de España) en el partido de San Martín, provincia de Buenos Aires, Argentina.
Fue un niño precoz. Comenzó a leer a los cuatro años de edad y, debido a su gran inteligencia, hizo la escuela primaria con niños mayores que él. Pero el pequeño José no tuvo una infancia fácil. En 1843, cuando tenía tan sólo nueve años, falleció su madre. Y sufría de un problema de salud que afectaba sus pulmones, por lo que a los 14 años se decidió trasladarlo hacia tierras que tuvieran un clima más favorable, lo cual ayudaría en su recuperación.
Su padre lo envió a una estancia del sur bonaerense, en plena llanura pampeana, donde José estuvo varios años. Esta experiencia fue muy buena para su salud y tuvo un fuerte impacto durante toda su vida. Fue aquí donde conoció íntimamente la vida y el lenguaje de los gauchos de la época, integrándose perfectamente en este entorno. Y, sin duda, fue aquí donde comenzó a formar su conocimiento para escribir su futura obra maestra, el Martín Fierro. Pues el joven José trabajó y sufrió junto a los gauchos.
De 1853 a 1868 formó parte, como militar, de las luchas civiles que azotaban al país. Pero durante este tiempo continuó con su formación intelectual (era un lector voraz) y desarrolló muchas actividades paralelas, mientras debía trasladarse de una provincia a otra por cuestiones políticas, a veces en medio de la pobreza.
José se dedicó desde muy joven al periodismo y supo entrar en algunos círculos literarios, además de ocupar diversos cargos políticos. Otro trabajo que hizo en su momento fue el de taquígrafo del congreso nacional. Un hecho llamativo es que en 1861 se unió a una logia masónica.
1863 fue un año muy importante para el futuro autor del Martín Fierro. Viviendo en la provincia de Entre Ríos, se casó con Carolina González del Solar, con quien tendría ocho hijos, fundó el periódico “El Argentino” y publicó el libro Vida del Chacho. El libro vio la luz después del asesinato del general Ángel Peñaloza y reunía distintos editoriales que José había escrito sobre la vida y muerte de este militar. El periódico “El Argentino” fue publicado tan sólo durante algunos meses. Luego del cierre, Hernández se dedicó por un tiempo al comercio.
En 1866 se trasladó a la provincia de Corrientes, donde ocupó varios cargos políticos y trabajó en otro periódico (el cual dejaría de publicarse en 1868). Un dato interesante es que en Corrientes Hernández también trabajó un tiempo como maestro de gramática, mientras continuaba con sus otras actividades.
En 1867 se produce una desgracia: su padre muere fulminado por un rayo. Por supuesto, esto lo afectó profundamente y al poco tiempo, estando en el ejército, se enfrentó en un duelo con otro militar. Los duelos estaban prohibidos y José abandonó su carrera militar.
Luego se trasladó a la ciudad de Rosario, donde trabajó brevemente en el periódico “La Capital” (que continúa publicándose hasta el día de hoy). Al poco tiempo, por cuestiones políticas y en medio de la pobreza, fue ir a vivir a Buenos Aires, donde en 1869 fundó el periódico “El Río de la Plata”, desde el cual hizo públicas sus ideas políticas y sus críticas contra el gobierno del entonces presidente Domingo Faustino Sarmiento. Escribió contra la oligarquía y a favor de los derechos de los gauchos. Pero a pesar de sus ideas progresistas, lamentablemente durante toda su vida tuvo muchísimos de los prejuicios raciales y sociales típicos de la época, que es sin duda lo que más oscurece su legado. “El Río de la Plata” debió cerrarse luego de tan sólo un año de vida.
Cuando en 1870 hubo un levantamiento contra Sarmiento, Hernández se unió a la rebelión. No obstante, este intento fracasó y, en 1871, debió exiliarse a Brasil y luego a Uruguay, pero posteriormente le fue permitido regresar a Argentina, un retorno que se concretó a comienzos de 1872. Hernández se instaló, con cautela y en la más extrema discreción, en un hotel de la ciudad de Buenos Aires. Fue en este lugar, el Gran Hotel Argentino, donde comenzó a escribir el Martín Fierro. La obra comenzó a publicarse por entregas en el periódico “La República” el 28 de noviembre de 1872. En diciembre, El Gaucho Martín Fierro (1872) fue publicado por primera vez en formato de libro. Fue un éxito absoluto en las zonas rurales.
Al poco tiempo Hernández tuvo que volver a exiliarse, nuevamente, por cuestiones políticas. El destino fue Uruguay, donde también se dedicó al periodismo. Sus artículos eran reproducidos en un periódico de Buenos Aires.
En 1875 regresó a Buenos Aires, protegido por el nuevo presidente, Nicolás Avellaneda. Comenzó a colaborar en distintas publicaciones, entre las que cabe destacar el semanario Martín Fierro, que vio la luz en 1876. Para este momento, Hernández ya era considerado una de las mayores figuras intelectuales del país.
En 1878 abrió la Librería del Plata, y comenzó a escribir la segunda parte de su obra maestra: El regreso de Martín Fierro, publicada en 1879.
Ya era un hombre de gran prestigio social y fue elegido diputado, y posteriormente senador. En el transcurso de toda su carrera política, luchó constantemente en defensa de los gauchos. Era alto y robusto, con una voz de trueno, lo cual lo ayudaba a la hora de dar sus discursos. En 1881 publicó la Instrucción del Estanciero, una obra que trata de temas rurales.
Falleció súbitamente el 21 de octubre de 1886 como consecuencia de un ataque cardíaco, pocos días antes de cumplir 52 años, cuando ejercía el cargo de senador. Los periódicos lo despidieron diciendo: “Ayer murió el senador Martín Fierro”. Fue enterrado en el famoso Cementerio de la Recoleta, en la ciudad de Buenos Aires.
Hoy día se lo recuerda principalmente como el autor del Martín Fierro. En 1939 se declaró el 10 de noviembre, día de su nacimiento, como el Día de la Tradición.