CANTO 22
En este canto, Picardía nos cuenta sobre su incursión en el mundo de los juegos de azar, y nos enseña que en realidad muchas veces los que ganan lo hacen mediante las mañas y el engaño, sin depender de los caprichos de la suerte en absoluto.
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Las Tramoyas de Picardía
(VERSOS 3157 A 3162)
ORIGINAL
«El que no sabe, no gana
Aunque ruegue á Santa Rita—
En la carpeta á un mulita
Se le conoce al sentarse—
Y conmigo, era matarse,
No podian ni á la manchita».
ADAPTACIÓN
«El que no sabe, no gana
aunque ruegue a Santa Rita.*
En las cartas a un ingenuo
se lo conoce al sentarse.
Y conmigo, era para ellos una muerte segura,
no podían ganarme ni siquiera a la mancha».**
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* La santa de los imposibles.
** Juego infantil.
Aquí Picardía nos cuenta cómo engañaba a los ingenuos que se sentaban a jugar con él. Apenas se sentaba el oponente, Picardía ya se daba cuenta de si se trataba de otro ingenuo del que podría aprovecharse. Felizmente, más adelante se arrepiente de haber elegido el mal camino.
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Picardía… ¡Qué Pícaro!
(VERSOS 3163 A 3168)
ORIGINAL
«En el nueve y otros juegos
Llevo ventaja y no poca—
Y siempre que dar me toca
El mal no tiene remedio,
Porque sé sacar del medio
Y sentar la de la boca».
ADAPTACIÓN
«En el nueve y otros juegos
llevo ventaja y no poca.
Y siempre que me toca repartir
nadie puede hacer nada,
porque sé retener o sacar
la carta que me conviene».
En realidad no sabemos cómo se llama este joven, pero el nombre de Picardía le cuadra muy bien, pues entre las muchas cosas que hizo se dedicó a ganar dinero deshonestamente con los juegos de azar. Aquí nos cuenta una de las muchas tramoyas que hacía.
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¿Quién Quiere Jugar a los Dados?
(VERSOS 3193 A 3198)
ORIGINAL
«Si me llamaban al dao,
Nunca me solia faltar
Un cargado que largar,
Un cruzao para el mas vivo—
Y hasta atracarles un chivo
Sin dejarlos maliciar».
ADAPTACIÓN
«Si me llamaban a un juego de dados,
nunca me solía faltar
un cargado* que largar,
un cruzado** para el más vivo
y hasta les metía un chivo***
sin hacerles sospechar».